Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Oración a María Santísima de las Bienaventuranzas
“Madre, ayúdanos a creer, esperar y amar como tú, a escuchar y cumplir la palabra de Jesús. Alégrate en nuestras alegrías, consuélanos en el dolor y socórrenos en las pruebas. Amén.”



